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Nuestro turismo familiar en Ibiza y Mallorca

A finales de temporada, una familia suiza me trajo un cuadro de su pueblo.  Decían que los colores del campo les recordaban a mí, ¡qué encantadores!  Además, comentaban que ese campo con su riachuelo y pajaritos es la perfecta metáfora para nuestros hoteles familiares.

A partir de eso, tuve la idea de pintar dos cuadros de nuestra familia hotelera para presentároslos.

Nuestros hoteles familiares en Ibiza

En el primer cuadro, Santa Eulalia, municipio clave del turismo familiar, está a la derecha.

Mis compañeros azuLine Hotel Atlantic y azuLine Coral Beach se encuentran inmersos en el campo verde y amarillo de Es Canar.  Los pajaritos vuelan por encima, y se ve como algunos de nuestros clientes vuelven de comprar algunos souvenirs del Hippy Market.  Es un gran mercadillo colorido pegado a nuestro nuevo complejo hermano: azuLine Club Cala Martina.

Entre ellos se encuentran las piscinas con sonrisas enormes, mientras disfrutan del sol brillante en el cielo.  Varias familias juegan a la pelota entre ellas. Nuestros animadores tienen alas y vuelan por encima de los demás intentando coger la pelota, ¡pero no lo consiguen!.  En las hamacas de la piscina y la terraza del bar hay familias que se relajan al sol.

A la izquierda del cuadro está San Antonio al lado de una enorme playa. Nuestros azuLine Hotel Bergantín y su Villa Bergantín, y el azuLine Hotel Mar Amantis I y II rodean un centro urbano.  Algunas familias van en ferry por el mar y toman fotos entre ellos,  otros están en la playa.  Los más peques juegan con los animadores convertidos en delfines.  ¡Cómo se lo pasan!

El mar al fondo, cerca de ellos, es de un azul turquesa precioso.  En la playa nuestros clientes dibujan nuestro logo con sus toallas.  ¡Esa parte me ha quedado que ni pintada!

Alojamiento familiar azuLine en Mallorca

He dedicado otro cuadro a nuestro complejo azuLine Hotel Bahamas.  Está en el centro con una gran sonrisa y, como es nuestra apuesta familiar y tranquila en la isla, lo he pintado rodeado de playas y pinos.  Las familias de diferentes nacionalidades forman un círculo alrededor del complejo, con los brazos abiertos.

No he podido evitar pintarles caras sonrientes a todos, ¡como una gran familia multicultural!

Y allí los tengo, colgados en el dormitorio esperando a que mis clientes me den su opinión. ¡Qué emoción!

Habitación 211.

 

 

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